Despedida del “casi algo”
Sabes, aunque me gusta hablar, siempre he sido mejor escribiendo. Tal vez por eso elegí esta forma para decirte lo que necesito. Antes que nada, quiero agradecerte por los momentos compartidos en estos meses: las pláticas, las risas y la manera tan particular en que nos conocimos. Yo sí creo que las coincidencias no existen. He aprendido que cuando alguien o algo vale la pena, lo intento, incluso con mis miedos a cuestas. Pero también he aprendido a cerrar círculos cuando las condiciones no son las adecuadas. Cuando no hay magia, lo único que queda es la monotonía. Yo soy de las que quieren bonito. Me gusta darlo todo, pero también entiendo que hoy no vibramos en la misma sintonía. Lo supe la noche en que no pudiste decir lo que sentías por mí, y lo confirmé desde la primera vez que escuché tu “no quiero hacerte daño”. Quizá debí escucharte desde entonces, o quizá no quise hacerlo. A estas alturas de mi vida busco responsabilidad afectiva, paz mental y a alguien con quien...