¿Qué sonido hace el corazón cuando se rompe?

Estos son los tendones del corazón, bajo mucha tristeza se llegan a romper. 

Al romperse pueden causar la muerte, sí,  una persona puede morir por tener el corazón roto. 

Por Marcela López 

¿Alguna vez te han roto el corazón? ¿Alguna vez has experimentado ese terrible vacío? ¿Has sentido tan profundo dolor?

Era una tarde de otoño, lo recuerdo perfectamente; era un día frío y gris. Sólo se escuchaba el crepitar de las hojas y el sonido del viento al chocar contra los cristales. Ese día fue la última vez que lo vi.

Como supondrás, ese fatídico día experimenté uno de los más grandes dolores humanos. Sentí un crujir dentro de mí, como si el corazón se hubiera roto en mil cachitos; más aún, como si hubiese sufrido una explosión que lo redujo a nada.

Quizás, él, ya no logró escuchar tan triste lamento, pero a mi me ensordeció. Aquel impacto tan certero que provocaron sus palabras todavía retumba en mis oídos, y te prometo que no exagero.

Lo que vino después de su partida fue una sensación de vacío, de ausencia, de soledad y gran desilusión, aquello había dejado un hueco tremendo en mi costado izquierdo.

No voy a negártelo, mi corazón, mi pobre corazón no estaba completo, había sufrido ya los estragos de viejos amores, pero su capacidad de amar era infinita, incluso, podría calificarla de extraordinaria.  

Pero, en ocasiones, en la misma grandeza que tiene un corazón para amar está escrita la sentencia de su propio destino; y eso pasó con mi corazón, fue tanto su sufrimiento que sólo podía ser equiparable al tanto amor que un día sintió por él.

Y te cuento,  ahí estaba yo, otra vez, tratando de reinventarme, de encontrar cada fragmento del corazón para su reconstrucción, esa historia me era ya tan familiar, tan conocida.

Clínicamente dicen que el corazón no duele, pero a mí me ha dolido cada vez que me he enamorado, me ha dolido cada vez que me entregado y cada vez que ilusionada he vuelto a creer en el amor.

A  final de cuentas, cuál es la función del corazón además de bombear sangre a todo el cuerpo, sino amar. Amar hasta verse hinchado de felicidad, hasta estar dolido, incluso, hasta verse roto y al borde del abismo.