¡Adiós Viejo!

Hoy, mi padre decidió cortar el árbol que por una vida nos regaló sombra en casa; no fue una decisión fácil, tardo más de medio año desde su última poda, pero por su avanzada edad y las constantes lluvias de la temporada significaba un riesgo.


No imagino la casa paterna sin ese magnífico mezquite que en cada primavera nos regalaba un mosaico de flores amarillas.

Y ni que hablar de los pajaritos que venían a visitar a este viejo árbol que tantas veces con sus brazos dio cobijo a las gallinas "voladoras" de la vecina, a las palomas blancas, los colibríes, los gorriones (sí, esos de pecho amarillo que dice la canción), hasta la escandalosa parvada de loros silvestres y el picapalos que de vez en cuando venía a comerse los gusanitos que temerosos se escondían entre la corteza.

Pero las  aves no fueron la única fauna que ahí anidaba, también vivían las multicolores tantarrias que cada temporada con su canto llamaban la lluvia cuando ésta escaseaba y también los verdes azotadores de los que tantas veces mis hermanos y yo fuimos víctimas de sus espinas que quemaban como el mismísimo fuego. 

Aún recuerdo a mi madre barriendo el patio hasta tres veces al día, renegando sí, pero siempre agradecida con nuestros árbol, tanto que hasta llego a prepararnos atole de los mezquites que caían y algunas otras veces sólo los hervía con canela y azúcar, todo un manjar para los niños de esa casa.

El escuchar la motosierra y ver reducido nuestra árbol en troncos y ramas me causó cierta nostalgia. Ya no habrá más sombra, ya no habrá más aves que alegren la casa, ya no habrá más recuerdos de mi madre barriendo las diminutas y escurridizas hojas que se perdían entre las lajas. 

Quizá mi mezquite sea sólo eso, un árbol, nisiquiera de gran belleza, llamativas flores o exquisitos frutos, pero viendo el espacio vacío que dejo se me apachurró el corazón completito.

¿Su edad? Yo no sé cuántos años tenía, desde que recuerdo allí estaba nuestro firme guardián, siendo compañero de la familia y fiel testigo de tantas travesuras de la infancia.



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